La actualización a Windows 11 ha generado muchas expectativas por sus nuevas funcionalidades y mejoras en seguridad y rendimiento. Sin embargo, uno de los principales obstáculos para que muchos usuarios puedan instalar este nuevo sistema operativo es la exigencia del módulo TPM (Trusted Platform Module) versión 2.0.
El soporte para Windows 10 terminó el 14 de octubre de 2025: https://www.microsoft.com/es-cl/windows/end-of-support
Windows 11 requiere TPM 2.0 como un requisito mínimo de hardware para garantizar un nivel de seguridad elevado que protege el sistema frente a amenazas modernas. Esta tecnología ayuda a almacenar credenciales y claves criptográficas de manera segura. No obstante, la realidad es que muchos equipos que aún funcionan con Windows 10 no cuentan con TPM 2.0, lo que imposibilita la actualización oficial o genera complicaciones.
Impacto para los usuarios y empresas
- Equipos incompatibles: Muchos PC y laptops de 4 o más años no integran TPM 2.0 o lo tienen deshabilitado en BIOS, bloqueando la instalación oficial de Windows 11.
- Dificultades técnicas: Activar TPM puede ser confuso para usuarios promedio o incluso técnicos, dependiendo del fabricante y modelo de equipo.
- Alternativas arriesgadas: Existen métodos para saltar la validación de TPM durante la instalación, pero comprometen la seguridad y pueden generar inestabilidades.
- Costos adicionales: En algunos casos, la única opción viable es renovar hardware por equipos compatibles, lo que implica gastos elevados y puede afectar a empresas con grandes flotas de PCs.
¿Qué pueden hacer los usuarios?
- Verificar en la configuración del BIOS/UEFI si el TPM está disponible y habilitarlo.
- Consultar si su equipo permite actualizar el firmware TPM a la versión 2.0.
- Considerar si las características de Windows 11 justifican el cambio o si mantener Windows 10 es apropiado (Windows 10 tendrá soporte oficial hasta 2025).
- Evaluar el riesgo de usar métodos no oficiales para instalar Windows 11 y sus posibles consecuencias.
¿Qué se puede hacer al respecto?
Tirar el equipo y comprar otro no es alternativa, menos en estos tiempos. Hay especialistas (como Nosotros, guiño!) que pueden realizar la instalación o actualización a Windows 11, ya sea implementando el chip TPM o bien sin este. Por supuesto que todo es posible en el mundo de la informática, no nos vamos a ahogar en mil pesares, pero ojo que no cualquier técnica es válida aún saltándose este requisito y la seguridad se puede complementar de igual manera.
Conclusión
La exigencia de TPM 2.0 en Windows 11 representa un salto hacia una mayor seguridad, pero también un desafío para la base instalada de computadoras con Windows 10 sin este módulo. Los usuarios deben estar informados sobre la compatibilidad de su hardware y sopesar opciones antes de intentar la actualización. Acudir con especialistas en la materia es crucial para no tener que incurrir en gastos adicionales y dicho sea de paso, mejorar la seguridad del entorno tenológico.





